Carlos Primera (cprimera@ucla.edu.ve)
Los equipos del béisbol
profesional de los Estados Unidos desarrollan algo que se denomina Spring Training
(ST) o entrenamiento de primavera y se realiza, antes del inicio de la
temporada, con dos objetivos fundamentales. Con el primero objetivo, práctica
de jugadas fundamentales, los jugadores del equipo se enfocan en trabajo
repetitivo de las jugadas cruciales para ganar juegos: asistencia para el out,
doble play, batear, correr las bases, robar base, fildear, tocar la bola y lanzar la bola, entre otras. Con el segundo
objetivo, obtención de conocimiento, el mánager del equipo valora el desempeño
de los jugadores, determinado sus fortalezas y debilidades para utilizarlas en
el desempeño exitoso del equipo. Otro deporte, como el Fútbol Americano,
realiza el denominado training camp, con
el mismo objetivo. En resumen, el entrenamiento de primavera trae beneficios al
jugador porque pule sus competencias como jugador, internalizando su rol en el
equipo y el mánager conoce qué puede
esperar de cada uno de los jugadores.
¿Podría transferirse la
experiencia del ST a las reuniones de
trabajo organizacionales? ¿Mejoraría la productividad de las reuniones de
trabajo organizacionales si practicamos previamente “las jugadas cruciales”? Creemos
que sí y a continuación explicamos cómo hacerlo.
En las organizaciones, las
reuniones de trabajo son actividades costosas, en dinero y por el tiempo empleado en ellas;
lamentablemente, no siempre son lo suficientemente productivas para
justificarlas. Autores coinciden, en que una buena parte de las reuniones
fracasan porque se asume, erróneamente que sabemos cómo desarrollar pertinentemente
las actividades cruciales o decisivas en una reunión: participar asertivamente,
tomar decisiones, definir problemas, solucionar problemas, dirimir conflictos y
dirigir adecuadamente una reunión, entre otras. El Spring Training de las Reuniones de Trabajo
(STRT) puede llenar ese vacío de conocimientos y herramientas, en lo referente a las actividades decisivas
indicadas.
Durante el STRT el empleado
recibe el entrenamiento, a través de la práctica repetitiva, que lo capacita
para el dominio de las actividades cruciales o decisivas; además, identifica
sus debilidades y fortalezas, respecto a esas actividades. Dicha práctica, conducida por un facilitador,
debe apoyarse en dinámicas, videos, casos de estudio y todos aquellos medios
que aporten al participante, las competencias necesarias para contribuir asertivamente
en las reuniones de trabajo; esas competencias potenciarán las fortalezas y
minimizarán las debilidades. Este entrenamiento se realiza en un ambiente
simulado para practicar y posteriormente
enfrentar las reuniones formales de la organización.
Resumiendo, las reuniones de
trabajo son actividades fundamentales, en el ambiente organizacional y el STRT
puede convertirlas en actividades productivas, porque actúa en el actor
principal, el empleado. El STRT beneficia
al empleado porque le permite practicar
repetitivamente las actividades cruciales, hasta dominarlas, mejorando así sus competencias,
las cuales impactarán positivamente la productividad de las reuniones formales
de la organización. El STRT puede convertirse en un programa permanente de RR.HH y por él deberían pasar todos los empleados de
la organización. Estamos seguros que STRT incrementará la productividad.
Atrévase
a implementarlo!!!
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