lunes, 3 de marzo de 2014

Los Cinco Grandes Componentes de los Equipos de Trabajo.



Por Carlos Primera.

carlos.primera@gmail.com


Hace unos días me conseguí con María, antigua compañera de trabajo. Me dice entusiasmada que actualmente forma parte de un equipo de trabajo, muy exitoso en su organización. Le pregunté cómo lo han lo grado y me respondió lo siguiente: primeramente, el equipo se conformó en base a las características del proyecto y desde allí, hemos puesto en práctica lo que que Salas, Sims y Burke (2005) denominan los cinco grandes  componentes de un equipo de trabajo; ellos también los llaman “big five”. Los mencionados autores aseguran que un equipo de trabajo debe hacer operativo cinco (5) componentes: liderazgo de equipo (LE), monitoreo mutuo de desempeño, comportamiento de respaldo, adaptabilidad y orientación de equipo.


Liderazgo de Equipo. Está compuesto del modelo mental compartido, la facilitación de la adaptabilidad y el establecimiento de las expectativas de conducta y de rendimiento de cada miembro. El modelo mental abarca  los objetivos, las limitaciones potenciales, los roles de cada miembro del equipo y los recursos disponibles. Eso clarifica lo que todos deben hacer  y cuándo debe estar terminado, además, alerta acerca  de lo que hacen los demás y respaldar a los compañeros, cuando sea necesario.  El líder también debe preparar al equipo para reaccionar ante cualquier eventualidad que surja del entorno, siendo flexible para adaptarse  a cualquier cambio.  La cultura del equipo es responsabilidad del liderazgo, el cual debe ser compartido entre todos los miembros; esa cultura debe cimentar un clima de trabajo armonioso, de confianza,  alegre y siempre facilitando el trabajo colectivo e individual. 


El monitoreo mutuo del rendimiento. Se refiere a estar  pendiente de los compañeros de equipo, de su trabajo y de sus responsabilidades; eso no significa, espiar  lo que hacen los demás, sino monitorizar para detectar anomalías, en las tareas o roles, que podrían afectar el desempeño del equipo y que deben solventarse. Es importante señalar que este monitoreo es posible cuando los miembros se tienen confianza y conocen las responsabilidades de los demás. Es tarea del líder promover esa confianza y ese conocimiento.


Comportamiento de respaldo. Es la consecuencia del componente anterior. Una vez que se detecta la necesidad de solventar alguna situación anómala, los miembros del equipo deben proporcionar los recursos y el esfuerzo necesario para eliminar la anomalía. La solución puede  consistir en proporcionar realimentación al compañero del equipo o asistirlo para  completarle la tarea o bien, asumir su rol. En cualquiera de las  situaciones que se presente, la idea es apoyar para el respaldo de los compañeros cuando la situación lo amerite.  


Adaptabilidad. Trata sobre la flexibilidad de acción del equipo para cumplir con los objetivos o para reaccionar frente situaciones inesperadas. Es  la capacidad que debe tener el equipo  para adaptarse  a las circunstancias y reaccionar para hacer los ajustes necesarios. Para activar la adaptabilidad, es necesario reconocer la desviación de la operación normal y hacer las acciones de ajuste necesarias. La adaptabilidad hace posible el comportamiento de respaldo.


Orientación a trabajar en equipo. Se refiere a la actitud de los miembros del equipo para trabajar colectivamente. Eso se manifiesta en el  gusto para  trabajar con los demás y estar pendiente de mejorar el rendimiento individual  a través de la coordinación, evaluación  y utilización de la información compartida  entre todos.


Resumiendo nuestra experiencia, dice María, hemos comprendido que  los cinco componentes son las bases del trabajo en equipo porque nos ha permitido hacer operativo el liderazgo, el monitoreo mutuo, el respaldo, la adaptabilidad y la orientación de equipo. Ningún equipo puede ser exitoso si no asimila correctamente esos componentes. Estoy de acuerdo.

Conociendo, a través de la experiencia de María,  cuáles son los componentes fundamentales del equipo de trabajo, a partir de ahora, debemos comenzar a trabajar en ellos para cimentarlos e internalizarlos, en cada uno de los miembros de nuestro equipo de trabajo; para lograrlo, el equipo debe entrenarse así como lo hace, por ejemplo, un equipo de fútbol profesional. El entrenamiento adecuado permitirá asimilar  los cinco grandes y de esa manera, las posibilidades de éxito del equipo se incrementarán.



Referencias Bibliográficas.

Salas, E., Sims, D. E. & Burke, C.  (2005). Is there a “big five” in teamwork?  Small Group Research, 36(5), 555

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