Por Hernán Alvarado (halvarad@ucla.edu.ve)
Cuando buscamos
las causas del buen o mal rendimiento de un equipo de trabajo, revisamos muchos
factores que pueden haber favorecido o afectado el mismo, y por lo general, nos
enfocamos en lo que es más visible, la organización, comunicación de sus
miembros, el compromiso, las capacidades individuales, cohesión, en fin, son
numerosas las posibles causas que conllevan al éxito o fracaso de un equipo de
trabajo. Sin embargo, a través de la observación y seguimiento de diversos equipos de trabajo,
tanto en el ámbito académico como
organizacional, encontramos que un factor decisivo y de mucho peso, es el
comportamiento del líder o los líderes de dichos equipos. Es decir, la elección
de un líder en un equipo, es de vital importancia. La experiencia en esas
observaciones, nos revela que el resultado de la gestión de los equipos, en
gran medida depende del rol que desempeña el líder.
Ahora bien, si
pensamos que existen equipos cuyos miembros están suficientemente capacitados
para la tarea a ejecutar y que además, poseen características notables en
cuanto a comunicación, colaboración y otras, podríamos esperar que ello
constituya un factor determinante para que su rendimiento sea superior, no
obstante, en la práctica no lo es. Entonces, todo apunta a la actuación del
líder del equipo y en ese contexto, se deben conocer algunas cualidades
fundamentales antes de la elección de dicho líder. Generalmente, los líderes se
escogen por afinidad, por carisma, o porque sus pares lo consideran con mayor
capacidad y conocimiento que los demás, lo cual no siempre es lo correcto.
En el liderazgo,
tener una visión es muy importante, y se debe trabajar sobre ella para
convertirla en realidad. El líder debe poseer esa cualidad: tener visión, y más
aún, presentarla en forma clara y en todo momento a los miembros de su equipo.
Esa visión, sumada a las otras características ya mencionadas, son factores
claves en el miembro del equipo que asumirá el liderazgo.
Surge la
pregunta entonces, ¿cómo se detecta todo eso en un individuo?
En la mayoría de
las personas, se aprecian con claridad sus cualidades para liderar un equipo, por
sus acciones, sus logros, su competencia y sus actitudes, lo que sin duda
conduce a su elección. Sin embargo, se desconoce si es un líder visionario o
no. Para ello, es recomendable entonces, que todos los miembros del equipo se
reúnan y discutan hacia dónde quieren llegar, cómo se ven al finalizar la tarea
o proyecto, y luego, construir una visión.
Así, cualquiera de
ellos (que además posea las cualidades antes mencionadas), podrá fungir como líder del equipo de trabajo
y de esta manera, aumentar considerablemente las posibilidades de obtener
resultados satisfactorios al finalizar sus actividades, puesto que cada uno de
los miembros trabajará en función de unos objetivos claros y comunes, evitando
las distorsiones propias que se presentan en la función administrativa de los
equipos de trabajo, como manejo de conflictos, reuniones, colaboración y otros.